La iglesia no es un grupo de personas que están juntas o que simplemente se reúnen, sino que están unidas por un vínculo distintivo. Es una comunidad orgánica activa implicada en ser cada vez más como Jesús y en cumplir sus propósitos establecidos desde antes de la creación del mundo. La iglesia es una comunidad de pacto eterno.
Es por esto que la verdadera iglesia de Jesucristo nada tiene que ver con religiosidad, ni reunionismos, ni activismos. Muchas personas que simplemente van a la iglesia no tienen un compromiso genuino. Y no solo estamos hablando de un compromiso con Cristo, sino también del compromiso con su cuerpo. Esto nada tiene que ver con firmar un contrato de membresía. Pues, no es un contrato que se puede romper en cualquier momento, es un pacto establecido por la sangre de Jesucristo. Este pacto lo hizo el Señor con nosotros y nos une a Él, pero también nos une con todo aquel que reconozca su Señorío. Por lo cual la iglesia es una comunidad de pacto.
«Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.» (Mr 14.24)
Iglesia no es meramente participar de un culto o servicio religioso, iglesia es comunión (Koinonía). Y esto significa la participación unida de algo indivisible.
«La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?» (1 Co 10.16)
«y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.» (Ef 2.11-18 [16])
Compromiso Mutuo
Como miembros del Cuerpo de Cristo estamos relacionados en amor y respeto, comprometidos a ayudarnos y llevarnos las cargas los unos a los otros. Somos miembros los unos de los otros.
«Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.» ( Ro 12.5)
«Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.» (1 Co 12.20-21)
«Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.» (1 Co 12.25-27)

¿Quiénes Componen la Iglesia?
En las Escrituras podemos ver que cada uno de nosotros hemos sido bautizados en el cuerpo por el Espíritu y somos miembros del cuerpo de Cristo.
«…por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.» (1 Co 12.13)
Los que hemos nacido de nuevo (mediante la fe, arrepentimiento, bautismo de agua y del Espíritu), fuimos sumergidos en el cuerpo de Cristo. Aceptamos el pacto de Dios con nosotros, nos entregamos a Él y a su reino. Pasamos así, a ser un miembro mas de su cuerpo. De esta manera componemos la iglesia de Jesucristo.
«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.» (Jn 3.5)
«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.» (Mr 16.16)
Un Pacto Eterno
Un pacto es indivisible. Nuestra unión, comunión y pacto, con Cristo y con los hermanos no es opcional, es indivisible. Por lo cual debemos ser responsables y asumir esa unidad en amor, con todos.
«Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.» (Ga 3.15)
La iglesia es una forma de vida, es el estilo de vida del Reino de Dios, es una comunidad comprometida con Jesucristo y con todos sus miembros. La iglesia es una comunidad de pacto.

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