
Para muchos estos son tiempos difíciles, de temor y desánimo, de nervios, de incertidumbres y desasosiego. Una de las expresiones que mas suenan en estos días, es `ya no seremos los mismos´. Y seguramente en muchas cosas habrá un antes y un después.
Para nosotros, los discípulos de Jesucristo, son tiempos de gracia. Estamos en absoluta paz. Sentimos la protección del Todopoderoso. El Señor nos da un tiempo especial para afirmarnos más en Él y debemos ser diligentes en aprovecharlo bien.
«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.» (Ef 5.15-17)
También debemos ser entendidos de cual es la voluntad del Señor, especialmente en este tiempo. Entonces como mencionamos, Dios nos da un tiempo de gracia. Un tiempo para meditar mas en Él y en su Palabra. Creo considerablemente que es tiempo de afirmar nuestros corazones.
Afirmar nuestros corazones
«Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.» (Santiago 5:7-8)
«Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.» (1 Tes 3.12-13)
Este ultimo pasaje también nos dice que debemos crecer y abundar en amor los unos a los otros, para que sean afirmados nuestro corazones.
Afirmar, es poner mas firme, poner firmeza a alguna cosa. Es poner mas fuerte, mayor concentración en algo. Es también adquirir mayor seguridad. Entonces, sigamos el consejo y afirmemos nuestros corazones. Pero, ¿en qué hemos de afirmar nuestros corazones?
Tiempo de afirmar nuestra esperanza
Es tiempo de tener paciencia. De ejercer paciencia y afirmar la esperanza de la venida de nuestro Señor Jesucristo, como vimos en los dos pasajes anteriores (Stg 5.7-8 y 1 Tes 3.12-13). Aguardando con paciencia lo que esperamos, que ya está mas cerca. Debemos afirmar nuestros corazones irreprensibles en santidad.
«Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.» (1 Jn 3.3)
La esperanza es lo que esperamos. Pero no una esperanza que nos sentamos a esperar, no es pasiva. Es una esperanza activa. Entonces, preparémonos con gozo y paz. El Señor viene, vamos a su encuentro. Afirmemos nuestra esperanza.
Tiempo de afirmarnos en la fe
«Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.» (1 Co 16.13)
«Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.» (Col 2.6-7)
(Pablo y Bernabé iban…)
«confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.» (Hch 14.22)
¿Cómo nos afirmamos en la fe?
«La fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Cristo.» (Ro 10.17 LBLA)
Entonces, ¿fe en que? En la palabra de Cristo, lo que hemos oído de parte de El. Su revelación.
El kerigma apostólico, la proclama con autoridad acerca de las verdades del reino de Dios. El señorío de Jesucristo. Su obra en la cruz, su resurrección, su ascensión y su regreso. El propósito eterno de Dios. Y lo que Él estableció para su iglesia, tal como las relaciones en el cuerpo y la misión de ella.
Afirmarnos en el conocimiento del Señor
Cristo nos reveló al Padre.
«el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.» (Jn 1.18)
«El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.» (Jn 14.9).
Tenemos que afirmar mucho mas nuestro conocimiento del Señor Jesucristo. ¿Quién es Él? ¿Cómo es? Conocer mejor sus atributos. Conocer sus planes, sus pensamientos, su pasión. Cómo actúa, como reacciona. Esto no es un conocimiento intelectual, no se trata de hacer estudios sobre Jesús. Se trata de un conocimiento íntimo, experimental, vivencial. Se consigue mediante una convivencia íntima con Él. Entonces, debemos crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
«Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.» (2 Pe 3.18)
Afirmarnos en la gracia
«No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.» (He 13.9)
Otra cosa importante para este tiempo, afirmarnos en la gracia de nuestro Señor Jesucristo. ¿Qué es esto? Recordar sus bondades, su amor, su misericordia. Todo lo que hemos recibido en el Señor de manera inmerecida. Afirmarnos en la gracia bien entendida, esto no es la gracia barata. Es la gracia que activa, que moviliza, que luego saca de nosotros una mayor entrega. Esto nos ayuda también en afirmarnos en el conocimiento de nuestro Señor. Nos ayuda a crecer en la dependencia de nuestro Amado y no depender tanto en las cosas terrenales (las viandas) que no aprovechan.
Un tiempo de gracia
El Señor nos regala este tiempo para afirmarnos en nuestros corazones, en la gracia, en la fe. En la esperanza. En el conocimiento del Señor. Aprovechemos pues, este tiempo de gracia que el Señor nos otorga.

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