Inicio de la Iglesia
La iglesia comienza a ser engendrada por Jesucristo al inicio de su ministerio público y nace o se forma en su totalidad con la venida del Espíritu Santo en pentecostés, marcando por la gracia de Dios, el comienzo de un nuevo tiempo, el del Nuevo Pacto. Por supuesto, para que esto ocurriera, fueron necesarios los dolores de parto, el sufrimiento que finalmente produjo la muerte de nuestro Señor y Redentor. En esa muerte, Él carga con nuestros pecados, paga nuestras culpas (Col 2.13-15). De igual manera fue necesaria su resurrección de entre los muertos y mediante ella nos dio vida, poder y victoria. También en su ascensión recupera totalmente, de la mano del Padre, su poder, dominio y autoridad. Estableciéndose así su reino y delegando en su nuevo pueblo, la iglesia.
Ekklesía (ἐκκλησία)
En su original, del griego antiguo, Ekklesía (ἐκκλησία) significa literalmente asamblea. Se refería a la principal asamblea de la democracia ateniense en la antigua Grecia, que fue instaurada en el 594 a.C. y tenía un carácter popular.
Haciendo un repaso a las Escrituras neotestamentarias, encontramos una amplia definición para completar la idea espiritual de lo que es iglesia. El Espíritu Santo trajo amplia revelación a los escritores bíblicos y partiendo desde la base de iglesia como asamblea o congregación de los santos, quiso dejarnos muy claro que no se refería solamente a eso. Que no se trata en absoluto de una reunión litúrgica, sino que la iglesia bíblica y espiritual tiene una definición y un significado muchísimo mas amplio. Hacer una breve mención de algunas de ellas, nos ayudarán a tener una mejor comprensión de lo que es verdaderamente iglesia en el corazón y pensamiento de Dios.
Iglesia es el cuerpo de Cristo (Ef 1:22, 23), es Pueblo de Dios (1 Pe 2.9), y la familia de Dios (Ef 2.19). Es templo y morada de Dios, es un edificio santo (1 Co 3.16-17). Iglesia es la plenitud de Cristo (Ef 1.22-23), también columna y baluarte de la verdad (1 Tim 3.15).
Aun mas, la iglesia es la comunidad de hombres y mujeres, que reconociendo a Jesucristo como el Señor de sus vidas, han nacido de nuevo. Y unidos en compromiso de pacto, conforman el pueblo de Dios. Es la comunión de los santos que viven el Reino de Dios.
La iglesia es la comunidad de discípulos de Jesucristo, en una viva comunión, comprometidos con el reino de Dios, a manifestarlo y extenderlo, lo cual es su misión.
Hemos aprendido que iglesia no es una organización sino un organismo, que tiene vida, que está en movimiento y en crecimiento. La iglesia no es estática sino dinámica. No es una religión, es vida y relación. ¡Esto es, a grandes rasgos, la verdadera ekklesía!
La Iglesia Primitiva
Vemos el desarrollo de la iglesia en sus primeros siglos. Comienza en Jerusalén y crece a pasos agigantados, es verdadera sal y luz, viven el Reino como verdadera familia. Una comunidad unida en la cual no había entre ellos necesitados. De esta manera se extiende a toda la propia provincia de Judea… y las provincias vecinas de Galilea y Samaria…
«Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.» (Hch 9.31).
A todas las naciones fue la mandato del Señor… entonces, comenzando con Pedro en casa de Cornelio en Cesarea, pasando por Antioquía donde comienza el ministerio de Pablo, hasta que se pudo decir: «de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.» (Ro 15.19).
Decadencia
Por alguna causa, Dios en su inmensa sabiduría y soberanía, ha permitido que la iglesia fuera decayendo de su propósito original, a partir de la legalización de la «religión cristiana» en el año 313 d.C. por parte del emperador Constantino. De esta manera, la iglesia se institucionaliza, se acomoda, se aburguesa. La iglesia pierde su sabor, pierde su aroma, pierde su propósito. Pierde su brillantez, su resplandor, su luz.
La iglesia institucionalizada llega hasta grados muy bajos, perdiendo por completo su esencia, su misión y propósito. En la edad media se sumerge en un oscurantismo tal que hasta la misma «iglesia» prohíbe la lectura de las Sagradas Escrituras. La iglesia perdió por completo su mensaje.
Proceso de restauración de la iglesia
Una vez mas, Dios en su inmensa soberanía y abundante gracia, comienza un proceso de restauración de la iglesia. Empezando con la conocida Reforma Protestante, a partir de Martín Lutero y otros que se levantaron en el siglo XVI y XVII. Y pasando por algunos tiempos de restauración como lo fueron el avivamiento pentecostal a principios del siglo XX, y la llamada renovación carismática, de la década del 60, de la cual podemos decir que de alguna manera somos parte.
¿Y ahora qué? Llevamos más de medio siglo desde el comienzo del último movimiento de restauración, si bien la iglesia en general se ha beneficiado, ha despertado y ha adoptado algunas de las áreas que tocaron la restauración, otros puntos más fundamentales de esta restauración no han asumido, como es el «Propósito Eterno de Dios», el «Evangelio del Reino de Dios», el «Señorío de Jesucristo», la gran comisión no meramente como la salvación de las almas sino el ir y «hacer discípulos».
Un pequeño temor que nos ha acompañado algunas veces es al aburguesamiento, al acomodarnos a la nueva realidad, para salvaguardarnos hemos repetido muchas veces que no somos una denominación, que somos un movimiento. En el camino algunos de entre nosotros han dicho es necesario renovar la renovación, otros se han levantado diciendo somos la renovación de la renovación (y algunos se han ido con esta idea, pero la realidad es que no han mejorado lo que nosotros vivimos). Mas bien debemos decir que a lo largo de estos años hemos visto a muchos volver atrás, a la religiosidad evangélica pos-moderna.
¿Esto es todo?
Ahora la pregunta es, ¿ya hemos visto todo lo que teníamos que ver? La iglesia ideada por Dios ¿es esto? Mencionamos el comienzo de la iglesia por medio de la obra de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo, hicimos una breve mención del avance de la iglesia en los primeros tres siglos y luego su decadencia. Vimos también como luego de varios siglos de oscuridad Dios comienza a restaurar la iglesia, pasando por distintos «movimientos de restauración». Pero… ¿esto es todo? ¿Hemos alcanzado ya la totalidad de la restauración de la Iglesia? ¿hay mas? Si hay mas, ¿qué estamos haciendo?
La Reedificación de la Ciudad Santa
Veamos en la ilustración de Nehemías y la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén que había sido destruida. El pueblo comienza la obra y con gran entusiasmo llegan hasta la mitad, luego vienen los enemigos y la obra de reconstrucción se detiene. Y ahí estamos… intentando cuidar lo alcanzado, hay que defender lo edificado…
Pero, ¿y la reedificación de la ciudad? ¿y todo lo que falta restaurar…?
«Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. 7Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; 8y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. 9Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. 10Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. 11Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. 12Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros. 13Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. 14Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. 15Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. 16Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. 19Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. 20En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. 21Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. 22También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. 23Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.» (Nehemías 4.6-23)
En resumen
- Vs. 6. – Edificamos hasta la mitad… con ánimo…
- Vs. 7-8. – El enemigo se enoja y conspira…
- Vs. 9. – Supimos de la conspiración… oramos… y pusimos guardas contra ellos…
- Vs. 10. – Vino el desánimo… «las fuerzas se han debilitado… el escombro es mucho… no podemos edificar…»
- Vs. 12. – El temor y la preocupación avanza… «de todos los lugares… ellos caerán sobre nosotros…»
- Vs. 13. – La preocupación: la defensa de la ciudad contra los enemigos…
- Vs. 14. – Viene el ánimo, «me levanté y dije…»
- Vs. 15. – «Lo entendimos… y nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.»
- Vs. 16. – «Desde aquel día, la mitad trabajaba en la obra y la otra mitad defendía…»
- Vs. 17-18. – «Los que edificaban… con una mano trabajaban en la obra y en la otra tenían la espada.»
- Vs. 19. – «La obra es grande y extensa… y nosotros estamos apartados lejos unos de otros.»
- Vs. 20. – Estemos atentos a la trompeta… donde suene debemos reunirnos allí para ayudarnos… «Dios peleará por nosotros»
- Vs. 22. – «Cada uno permanezca dentro… de noche sirvan de centinela y de día en la obra.»
- Vs.23. – Nadie se quite sus ropas…
Avancemos Hacia la Restauración Total de la Iglesia
Lo que quiero decir es que apenas hemos edificado hasta la mitad… aún hay mucho por restaurar, hay mucho por reedificar, aun no lo hemos alcanzado todo, todavía la iglesia necesita ser restaurada, este proceso de restauración de la iglesia aun no ha terminado… ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿Vamos a quedarnos en los primeros versículos? ¿Vamos a quedarnos en el Statu Quo? ¿Nos conformaremos a la iglesia de este siglo? ¿O tenemos algo mas para aportar a nuestra generación y la venidera?
Personalmente considero que nos hemos detenido… No estamos reconstruyendo… Nuestros muros están por la mitad… Lo que hicimos, lo hicimos con mucho ánimo, pero aquí nos quedamos, intentamos darle mantenimiento a lo que tenemos, a veces lo logramos pero otras veces vamos perdiendo terreno ganado. Tenemos la mitad del muro bien cuidado y nuestros guardas lo defienden. Conocemos cada centímetro de nuestro muro, hasta lo hemos memorizado, vez tras vez lo hemos reparado y pintado, le quitamos las telarañas y la humedad… Pero aún está por la mitad.
Hay mucho mas por restaurar!!!
Relacionado: