
Pequeños Gigantes
Por gracia y llamado de Dios estamos en el campo de labor sirviéndolo. Allí estamos, portadores del mensaje de salvación. Habiendo dejado algunas de nuestras comodidades, costumbres y también afectos familiares y de amigos, aunque estos siguen de alguna manera a la distancia ya no disfrutamos de ellos como antes. Y qué de nuestros hijos que salen a la misión sin saberlo ni desearlo. A ser sinceros, son los hijos los verdaderos valientes de esta historia. Crecen sin sus abuelos, tíos o primos. Se consideran y defienden la nacionalidad del país de sus padres, pero poco saben de él porque han vivido más años de sus vidas fuera del mismo. Son como algunos les llaman, CTC (Chicos de Tercera Cultura) pues, no son de acá ni son de allá, pero a la vez son de acá y son de allá. Llegan a un país donde las costumbres y el idioma son diferentes, tienen que aprender todo de nuevo. Con mucha alegría recordamos en familia como llamábamos la atención a nuestros hijos en nuestro país cuando ellos querían comer con la mano sin usar tenedor; al llegar al país de servicio queriendo respetar las costumbres del lugar, ahora les llamábamos la atención porque usaban el tenedor para comer. Pobres hijos, las cosas que tienen que aguantar de los locos padres misioneros.
A la hora de la educación formal, otra odisea. No es nada fácil cuando llegamos al nuevo país sin saber una sola palabra del idioma local. Cómo estudiarán nuestros hijos? Pues bien, algunos optan por Home school (dicho en criollo, la escuela en casa), estudiando con el sistema educativo de su país a distancia, muchas veces es la madre quien tiene que hacer de maestra. Vale aclarar que no todos los países latinoamericanos tienen esta opción. Otros (más arriesgados para mi gusto) mandan a sus hijos a algún internado, donde el estudio es mayormente en inglés, pero verán a sus padres tal vez algunos fines de semana al mes. También está la opción, para los más pequeños, ir a una escuela local, pero la pregunta es: En qué idioma estudiarán? Cuantos años nos quedaremos en este país? Haber estudiado en el idioma local les servirá luego cuando regresemos a casa o vallamos a otro país? Que dilema! Cada familia deberá evaluar estas cosas y ponerlas en la balanza. No es fácil. Las decisiones que tomemos afectarán sin duda al futuro de nuestros hijos.

Verdaderos Quijotes
Guillermo Taylor, honrando a su padre misionero, escribió un excelente artículo al que titula Hijos de Quijotes. Por mi parte quiero honrar a los verdaderos héroes: nuestros hijos. Somos “Padres de Quijotes”. Nosotros como misioneros vivimos nuestra parte de la historia habiendo tomado una decisión, pero nuestros hijos la viven sin haberlo decidido, hacen historia sin opción. Cuanta responsabilidad que tenemos a la hora de tomar buenas decisiones para ellos, y en darles buenos ejemplos de vida.
Pues entonces oramos por estos verdaderos Quijotes. Por su educación, por salud, por su adaptación cultural, por sus afectos, por su vida espiritual, por protección. Oramos también por nosotros, los padres de estos Quijotes, necesitamos sabiduría en cada decisión para con ellos, para que nunca dejemos de manifestarles nuestro amor y respeto. Damos gracias a Dios por Nuestros Hijos!!!
Buen artliculo para meditar sobre lo que pasa con nosotros y con nuestros hijos especificamente. En mi caso pienso ademas cuando los hijos de los misioneros nacen en el pais donde se sirve pues no vienen con una cultura e idioma integrada si no que tienen que aprender todo al mismo tiempo y tambien son chicos de tercera cultura. Bueno bendiciones y saludos desde el campo.
Muy bueno. En verdad nosotros que conocemos la historia, algunas luchas y sufrimientos que han pasado, por pagar el precio de amar al hombre caído en otra cultura, y llevarlo a los pies de Cristo, los animamos y alentamos a seguir. Creo que la fe de ustedes, Gabriel y Susy sirve para los hijos y no solo para ellos sino tambien son modelo y ejemplo de entrega sacrificio y abnegación para aquellos llamados al campo misionero. Ya sabemos que el mejor ejemplo es la vida misma, (vida y enseñanza) todo lo que Jesus comenzó a hacer y enseñar » Hechos de los Apostoles»). Dios los respalde , guarde y cubra, no estan solo EL y la iglesia los sostiene.
Un abrazo Grande Bocha -Inés.
Que bueno es el articulo…una gran bendicion.
para nosotros es de mucho aliento, estamos a las puertas de salir y la verdad ademas de obedecer al Señor en el llamado, uno siempre piensa en las consecuencias que tendrá en nuestros hijos esta decisión…..pero el Señor nos promete que no van a ser avergonzados los que confían en El, y por esto seguro que ellos recibirán una herencia que la polilla y el orín no la van a corromper….una herencia de fe, entrega, consagración a nuestro Dios..
Gabi e Irene son de gran ejemplo para nosotros y por sobre todo sus hijos son de gran bendición para nosotros y de ejemplo para nuestras hijas,
los amamos..
Ismael y Caro
Muchas gracias por abrir tu corazón, los que te amamos y no estamos en las condiciones en las que te encuentras tú…. NOS QUEDA UNA RESPONSABILIDAD muy grande: Orar y clamar por tí y los tuyos, sin cesar.
Dios tiene una recompensa a uds. que son Santos!!!
Bendiciones…
Sus amigos y seguros servidores: Mario y Mariel Vásquez
Es una gran verdad, y qué verdad respaldada teniendo el ejemplo de uds, sus padres. Los hijos siempre vemos a los más cercanos como ejemplo, a los que cada dia conviven con nosotros.
Ahora, qué dificil es adaptarse a algo totalmente ajeno, algo que no conocemos. Como bien decis, son Quijotes, no ven como muchos vemos, no ven las diferencias que distinguimos normalmente; enfrentan sin temor. Eso es una gran virtud.
Dios les siga bendiciendo, muchos cariños de por aquí.
Gabito, realmente meditar en tus reflexiones es como un bálsamo reconfortante que llena nuestras vidas de una fe verdadera, que hacen que renovemos nuestro compromiso hacia nuestro SEÑOR. Ver a nuestros hijos crecer y servir a Dios es lo más grande que Dios nos permite vivir. Ademas de reflexionar con respecto a los otros señores que muchas veces rigen nuestra vida, algunas concientemente, otras de manera inconciente nos tiene que llevar a «no descuidar una salvacion tan grande».
Bendiciones en abundancia para sus vidas!!!!
Claudia
Como siempre, ejemplar, y lo digo porque realmente lo siento así, es que es difícil darles a nuestros hijos nuestro deseo, lo tienen que vivir y aprender, muchas veces sin ánimos lo hacen para alegrar nuestro corazón, o porque no les queda otra opción… pero mientras viven, crecen y experimentan… creo que llegan a conocer el corazón de Dios y su perfecta voluntad, a tal punto que llegan a enterder nuestros deseos, y ya muy adultos, podrán disfrutar del conocimiento adquirido, con dolor muchas veces, la buena enseñanza de sus padres hombres y mujeres, de fe, valor y obediencia, quien mejor que nuestros hijos para contarlo, no??? Al menos eso pienso, por lo demas como siempre, reitero, es un deleite poder leer tan buen articulo de parte de un buen discipulo de Dios !!! Bendiciones Gabi!! Aquí Campana te acompaña!!!
Siempre es una gran bendición leer tus art., tienen fundamento, nos alienta a esforzarnos más; (fue inevitable el nudo en la garganta y mas viendolos ahí jugando tan inocentes).
Nos queda orar por uds. hermanos, el Señor los siga guardando como hasta ahora lo ha hecho, estando en aquel lugar me imagino lo dificil que debe ser (…), siempre lo pienso. Confío en la providencia de nuestro Señor Jesús para con uds. les mandamos un abrazo enorme, Dios los bendiga!!
Muchas gracias a todos por sus palabras de aliento y bendición. De verdad que estamos mas que felices por los hijos que Dios nos dio y por la rica experiencia que hemos tenido hasta aquí, aun mas, estamos expectantes porque juntos seguiremos viviendo cosas asombrosas. Deseo destacar una vez mas, la experiencia ha sido muy enriquecedora!!! Merece la pena!
Qué lindo artículo! la verdad que nosotros habíamos considerado estas ideas en algunas charlas y me reconforta saber cuánto valorás el esfuerzo que tus hijos han hecho al seguirlo como padres. Que Dios no sólo les dé sabiduría sino también la bendición de ver que sus hijos crecer en Dios, tomar buenas decisiones y utilizar todo lo que han vivido para la Gloria del Señor Jesús.