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La Sencillez del Evangelio

sencillez
Hacer discípulos – 12

Aquí estamos con nuestra humanidad siempre queriendo ser mas grandes, mas entendidos, mas sabios y demás. Pero Jesús nos revela la sencillez del evangelio en sus sermones, revelándonos que el reino de Dios no es para sabios sino para sencillos como niños.

«En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.» (Mt 11:25-26)

Jesús con alegría y gratitud declara que las cosas relacionadas al Reino de Dios y su obra son reveladas a los niños. No hay que ser demasiados sabios ni demasiados inteligentes para comprenderlas y ponerlas por obras. Estamos tan cargados con bagajes religiosos extra bíblicos que muchas veces la obra nos agota y nos frustra al no ver los resultados que desearíamos, es por eso que Jesús nos invita en los siguientes versículos de Mateo 11:28-30

«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.» (Mt 11.28-30)

Nuestro cansancio muchas veces es por estar cargando grandes bagajes de una religiosidad saturada de apariencias, rituales y reglas humanas que nada tienen que ver con el Evangelio del Reino de Dios. Algunas expresiones muy típicas nuestras son: «seguir a Cristo es difícil» y «la vida cristiana es dura». Sin embargo esto no concuerda con lo que Dios dice. Él dice: «mi yugo es fácil, y ligera mi carga». El yugo de Cristo es libertad y gozo, su carga es amor y salvación… Por eso el apóstol Juan podía decir:  

«Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos». (1 Jn 5:3)

Así lo vivía la iglesia primitiva

«Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón»  Hch 2:46
«Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Fil 2:14-15)
«Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros». (2 Co 1:12)

La propuesta de Cristo es darnos descanso. Él no pone carga, ni peso a nuestras vidas. Su yugo es fácil, su propuesta, su propósito, es fácil y su carga en nosotros sencillamente es conocimiento y amor. Jesucristo vino para darnos descanso, paz y gozo. A cambio de que le conozcamos, le amemos y le obedezcamos. Él vino a darnos vida en abundancia. Vino para darnos una vida de victoria, gozo y paz. Descanso para nuestras almas.

«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.» (Ro 14:17)

Sin embargo, cuan lejos de estas cosas están nuestras vidas muchas veces. Pues, nos hemos alejado de la sencillez del Evangelio, agregando pesadas cargas y reglas humanas. Pero Jesús lo expresó también de manera que hombres sin mucha preparación académica y aun los niños podían entenderlo.

«Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él». (Lc 18:16-17)

Volvamos a la sencillez del Evangelio!!!

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