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La Obediencia en el Discipulado

Hacer Discípulos – 8

Como ya hemos mencionado, un discípulo es alguien que se sujeta a Jesucristo y permanece en Su palabra. Es alguien que cree todo lo que Cristo dice y hace todo lo que Cristo manda. Es alguien que permanece en Jesucristo y obedece Su palabra. Pues entonces, un discípulo debe conocer muy bien las enseñanzas de su Maestro, sus mandamientos y ponerlos por obra. Obediencia es la clave del discipulado. No es cuanto conoce un discípulo, sino cuanto pone en práctica. Cuanto obedece.  Aquí vemos la importancia de la obediencia. Si no obedecemos estaremos igual que antes, pero acumulando conocimiento sin poner por obra las enseñanzas. Por eso el apóstol Pablo exhorta a Timoteo con las siguientes palabras.

«Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.» (1Ti 4:16) 

Conocer, creer, vivir, enseñar

En estos términos, como buenos discípulos de Jesucristo, en relación a Sus enseñanzas (doctrina) debemos conocerla, creerla, vivirla y enseñarla a otros. Y en este orden. Algunos confunden las enseñanzas de Jesucristo con las tradiciones religiosas cristianas, sean estas católicas, evangélicas, protestantes u ortodoxas. Muchos dan como verdad enseñanzas que ni siquiera tienen fundamento bíblico. Aunque no lo hacen intencionalmente, pues con mucha sinceridad lo creen correcto porque así lo han aprendido de otros y así lo practican en muchas iglesias. Incluso muchas veces siguen una enseñanza determinada basados en uno o dos versículos de la Biblia sumado a argumentos sociales o a ejemplos que nada tienen que ver con las Sana Doctrina. Por esta razón, hoy más que nunca debemos conocer bien la Palabra y hacer buen uso de ella.

«Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.» (2 Ti 2:15)

Para esto es necesario conocer bien la Palabra de Dios, sus proclamas y mandamientos. Deberíamos ser sabios y detenernos a escudriñar las Escrituras con temor delante de Dios. No deberíamos dar por correcto ninguna doctrina sin antes escudriñar las Escrituras. Con actitud de siervos, siendo buenos discípulos. Deberíamos tomar ejemplo de los hermanos en Berea, quienes eran más nobles que los de Tesalónica. Mayormente teniendo en cuenta los tiempos que corren, donde se levantan infinidad de falsas doctrinas y modas eclesiásticas de todo tipo. Pues entonces, con la misma nobleza que los bereanos deberíamos recibir la palabra con solicitud y escudriñar en las Escrituras para constatar que estas enseñanzas son verdaderas y puras. Teniendo como única fuente de toda revelación a Jesucristo, la Palabra de Dios.

«Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.» (Hch 17:10-11)

Importancia de la Obediencia

Tal es la importancia de la obediencia que hasta Jesús en sus días como hombre nos dejó ejemplo de esto y nos dice que tengamos su mismo sentir.

«y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. » (Fl 2:8)

Y por la obediencia de Cristo somos justificados, ya que él por su obediencia cumplió la justicia por nosotros.

«Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.» (Ro 5:19)

Luego vemos también en distintos pasajes la exaltación de la obediencia. Como hemos mencionado antes no se destaca cuanto conocimiento tenga la persona sino cuanta obediencia esta tenga. Para ver mas sobre la obediencia en el discipulado, a modo de ejemplo, veamos como Pablo se goza por la obediencia de los romanos. Y junto a Tito se regocijan al recordar la obediencia de los corintios.

«Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.» (Ro 16:19)
«Y su cariño para con vosotros es aun más abundante, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor.» (2Co 7:15) 
«pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;» (2 Co 9.13)

Vale recordar que Deuteronomio capítulo 28 relata las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia. Aún más, podríamos enumerar una larga lista de pasajes que nos exhortan a la obediencia.

Pues entonces, un verdadero discípulo de Jesucristo no es uno que tiene mucho conocimiento, o uno que tiene cierta posición en la iglesia, o uno que tiene títulos o cargos dentro de la iglesia, antes bien, un verdadero discípulo de Jesucristo es uno que obedece.

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