...y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo." (Ef 1:22, 23)
A esta altura, damos por hecho que la mayoría de nosotros sabemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo (1 Co 10.16-17), pero mas que nada por poner las bases bíblicas de lo que creemos y de lo que hablamos es que deseo dejar reflejadas las citas mediante las cuales sustentamos esta verdad. Para comenzar, leímos en la carta a los efesios que la iglesia es el cuerpo de Cristo y no solo eso, sino que es la plenitud de Cristo. Pues, dice que Él es la cabeza y la iglesia su cuerpo, que de alguna manera lo completa. Aquí hay una unión indivisible, imposible de separar.
Por medio del amplio y descriptivo pasaje de 1 Corintios 12.12-27 el Espíritu Santo nos revela un organismo vivo, compuesto por muchos miembros, cada uno con sus propias particularidades, con sus funciones y características diferentes. Es un cuerpo compuesto de miembros que están unidos unos a otros por medio de coyunturas y ligamentos (Ef 4.16; Col 2.19). También dice que todos fuimos bautizados por el Espíritu Santo en un cuerpo. Fuimos sumergidos en Cristo. La carta a los romanos completa diciendo que nosotros somos miembros los unos de los otros y así somos un cuerpo en Cristo.
«...así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.» (Ro 12:5)
Es interesante cómo la revelación sobre el cuerpo se va completando. Somos un cuerpo unido, no muchos cuerpos, ni muchas partes separadas. Un cuerpo sumergido en Cristo. La iglesia esta en Cristo, recubierta por Cristo y a la vez, Cristo esta en la iglesia. La unidad es tal que Cristo está en la iglesia y la iglesia está en Cristo. Y esto no se puede separar.
Unidos por coyunturas
Para concluir, todo el cuerpo bien unido, por medio de relaciones concretas y definidas que son las coyunturas, con todos y cada uno de los miembros bien activos realizando su actividad correspondiente, es la condición apropiada para recibir el crecimiento de parte de la cabeza y así es edificado en amor.
«...de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.» (Ef 4:16)

En resumen, cuando la Escritura menciona a la iglesia como cuerpo, no es una alegoría, ni una imagen o un ejemplo descriptivo. Debemos destacar que cuando Jesús hablaba en parábolas decía por ejemplo: «…el reino de los cielos es «como» un grano de mostaza». El como es comparativo, entonces aquí es una parábola, un ejemplo figurativo para que podamos comprender mejor. Pero cuando enseña que la iglesia es el cuerpo de Cristo, no dice como, sino dice es. Entonces, que la iglesia es el cuerpo de Cristo no es parabólico o figurativo, sino es una afirmación o una declaración “kerigmática”. Ademas la iglesia no es una organización o una institución humana, sino un organismo vivo y espiritual, sobrenatural y divino, pues es parte de Cristo y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. La iglesia es el cuerpo de Cristo!
Sobre todas las cosas, la iglesia como el cuerpo de Cristo denota una unidad indivisible, fuertemente relacionados sus miembros los unos a los otros por medio de sus coyunturas. Cada miembro con su miembro, unido, ayudándose mutuamente, para juntos ir creciendo.

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