Algunas Preguntas sobre el Bautismo
¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para ser bautizados?
El bautismo del eunuco etíope ocurrió en el mismo momento que iban en el carro por el camino, escuchando la predicación de Felipe y en determinado lugar ven agua, allí mismo se detuvieron y fue bautizado (Hch 8.35-38).
El carcelero de Filipos, a medianoche luego de que Pablo y Silas se soltaran sus cadenas en la cárcel, por un terremoto ocurrido en ese momento, llevó a ellos a su casa para atenderles, estos les predicaron el Evangelio al carcelero y a toda su familia. En aquella misma hora de la noche creyeron y se bautizaron (Hch 16.25-33).
Saulo tres días después de haber tenido aquel encuentro sobrenatural con Jesucristo en el camino a Damasco, el Señor envía a Ananías para que lo sane y lo bautice (Hch 22:6-16; Hch 9.17-18).
Cornelio con sus parientes y amigos más íntimos, mientras Pedro hablaba descendió el Espíritu Santo sobre los oyentes y enseguida mandó bautizarles en aquella hora (Hch 10.24-48).
Tenemos aquí algunos ejemplos que nos muestran como cada vez que alguien creía era bautizado inmediatamente sin esperar, el caso de mayor espera fue Saulo que fue bautizado tres días después de su encuentro con Jesucristo.
En la predicación de Pedro el día de pentecostés, más de tres mil personas recibieron la palabra y fueron bautizados aquel mismo día.
«Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.» (Hch 2.41)
También los samaritanos, ante la predicación de Felipe.
«Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.» (Hch 8.12)
Los corintios, ante la predicación de Pablo.
«...y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.» (Hch 18.8)
También los efesios.
«Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.» (Hch 19.4-5)
Entonces, ¿Cuánto tiempo tiene que esperar una persona para ser bautizada? – Hasta que entienda, crea y acepte que Jesús es el Señor y que debe vivir bajo su reino. No más.
¿¿¿Es el bautismo un acto de testimonio público???
Incansablemente se ha enseñado en casi todas las congregaciones evangélicas que el bautismo es un acto de testimonio público. Sin embargo ningún versículo directo o alguno que insinúe algo cercano a esto, encontramos en las Escrituras. Por el contrario, se registran acontecimientos que nos muestran que en determinados bautismos no había otros testigos. Mucho menos encontraremos en las Escrituras que en tiempos de la iglesia primitiva, hubiera reuniones especiales de bautismos.
Veamos algunos ejemplos:
El Eunuco
«Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.» (Hch 8.35-38)
Este es el mayor ejemplo que el bautismo no es un acto público. Pues, aquí solo estaban el Etíope, Felipe y el chofer. En Medio del camino encontraron agua y pararon para ser bautizado.
EL Carcelero de Filipos
«Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.» (Hch 16.25-26)
«...y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.» (Hch 16.30-33)
El Carcelero de Filipos llevó a Pablo y Silas a su casa para atenderlos, él junto a su familia creyeron y fueron bautizados en aquella misma hora de la medianoche. No había otros testigos a esa hora de la noche. Tampoco tuvieron tiempo de anunciar que se haría una reunión especial de bautismos. Tampoco había otros testigos en el caso de Saulo.
¿El que creyere y fuere salvo, será bautizado?
Este parece ser el versículo por excelencia a la hora de pensar en el bautismo en muchas iglesias evangélicas. Al menos eso parece ser en la práctica de la gran mayoría. Pues, lo común es que nadie se arriesga a bautizar a nadie tan pronto, alegan que es necesario tener cierta seguridad de su conversión antes de pasar por las aguas del bautismo. Hay como una necesidad de saber que la persona es salva para luego bautizarla. Es por esto que se hace fuerte este versículo de Mr 16.16 diciendo: «el que creyere y fuere salvo, será bautizado«. En realidad no lo leen así, ni lo mencionan de esta manera, pero parece que es lo que entendieran cada vez que lo leen. Veamos qué es lo que en realidad dice este versículo, según la enseñanza expresa de nuestro Señor Jesucristo.
«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.» (Mr 16.16)
Hete aquí, que lo que enseña nuestro Señor es muy diferente a lo que se ha practicado por tanto tiempo en las iglesias evangélicas. No dice «el que creyere y fuere salvo, será bautizado», por el contrario declara que «el que creyere y fuere bautizado, será salvo».
Pues esto cambia todo. Teníamos que para ser bautizados, la condición era creer y ser salvos… Pero resulta que Cristo enseña que para ser salvos, la condición es: «creer y ser bautizados».
Resulta que ahora venimos a descubrir que según lo dicho por Jesús en las mismas Escrituras, el bautismo es una condición para ser salvos!!!
Ah… pues ahora comprendo porque las personas eran bautizadas el mismo día que tenían su encuentro con Jesucristo y su Reino. Los evangélicos hemos cambiado el bautismo para salvación por la oración de fe… De hecho, ¿qué versículo nos enseña o nos muestra el ejemplo acerca de la oración de fe para ser salvos?
¿El Bautismo en la Presentación del Evangelio?
Si hacemos un seguimiento, a través de las Escrituras, descubriremos que los Apóstoles cuando predicaban el Evangelio, siempre concluían con el bautismo. Este era una parte muy importante y siempre lo presentaban como conclusión de dicha presentación. Es decir, que el bautismo se enseñaba en la misma evangelización. Estaba siempre en la conclusión del mensaje, como condición para ser salvos. Por esta causa las personas siempre eran bautizadas el mismo día de su conversión. Otra vez veamos los ejemplos bíblicos.
«Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.» (ch 2.37-38)
«Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.» (Hch 2.41)
Cornelio con sus amigos, luego de tener semejante experiencia con el Espíritu Santo, Pedro mandó bautizarles.
«Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús…» (Hch 10.48)
En el caso del etíope no se menciona cuándo Felipe le habla del bautismo, pero lo vemos implícito en el hecho que el mismo etíope pide ser bautizado al llegar a cierta agua. Pues, ¿cómo sabia este hombre que debía ser bautizado?
«Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?» (Hch 8.36)
Lo mismo ocurre en el caso de Saulo, el texto no menciona que Ananías le enseñara sobre el bautismo, pero acto seguido es bautizado.
«Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.» (Hch 9.18)
Para completar el testimonio de la conversión de Saulo, este otro pasaje nos muestra que Ananías le ordena bautizarse.
«Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.» (Hch 22.16)
El carcelero de Filipos
«Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.» (Hch 16.33)
Los efesios
«Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.» (Hch 19.5)
También en Samaria
«Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.» (Hch 8.12)
Todas estas son evidencias más que suficientes que nos demuestran la importancia del bautismo desde el primer momento de la conversión.
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